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Inicios de la estandarización

Inicios de la estandarización

Inicios de la estandarización en maquinaria agrícola en México

 Con la finalidad de garantizar a los productores agrícolas que la adquisición de maquinaria agrícola, cumple con las especificaciones de calidad establecidas por el fabricante, en México surgió el sistema de estandarización de la maquinaría e implementos agrícolas, como una respuesta a la necesidad de disponer de equipo apropiado, de calidad y seguro, este sistema es el resultado del esfuerzo de diferentes actores e instituciones involucradas en la maquinaria agrícola tales como la misma SAGARPA, INIFAP, otras instituciones de investigación y docencia, fabricantes de maquinaria agrícola, productores agrícolas y el gobierno de Japón a través de la Agencia Inter- nacional de Cooperación del Japón (JICA, por sus siglas en inglés (Ayala et al., 2010).

En México la estandarización de maquinaría agrícola data de principios de la década de los 90’s, cuando se inició al proceso de desarrollo y establecimiento del sistema de estandarización y certificación de la maquinaria agrícola. Esto como resultado de la iniciativa de fabricantes y comercializadores, asociacio- nes de productores agrícolas, profesionistas e investigadores, se argumentaba que, dadas las condiciones que prevalecían en el mercado, era necesario establecer normas mexicanas para estimular la mejora de la calidad y desempeño de la maquinaria agrícola en México. Las etapas de desarrollo, para este propó- sito, estaban gestionadas por la SAGARPA (Jiménez, 2000).

En enero de 1997 se creó el Centro Nacional de Pruebas y Evaluación de Maquinaria y Equipo Agrícola (CENAPE- MEA), como una organización integrada por universidades, instituciones de investigación, la Asociación Mexicana de Ingenieros Agrícolas (AMIA), fabricantes y comercializadores de maquinaria agrícola. La meta del CENAPEMEA fue la de implementar el sistema de estandarización y certificación para las condiciones específicas del campo mexicano.

Durante aquella etapa inicial del proyecto, se consideró importante gestionar la cooperación técnica de la Agencia Internacional de Cooperación del Japón (JICA), quien atendió la propuesta de la parte mexicana, y decidió apoyar desde su origen dicho proyecto de estandarización y certificación. La coopera- ción técnica fue importante para el desarrollo del proyecto en términos de experiencia, ya que el sistema de estandarización en Japón data de 1949, cuando los expertos japoneses decidieron evaluar y realizar pruebas en el laboratorio de maquinaria agrícola con el fin de eliminar la mala calidad de los equipos. Dicha situación fue similar a la que prevalecía hasta la década de los 90’s en el mercado mexicano de maquinaria agrícola (Jiménez, 2000).

En la primera etapa de cooperación técnica, se realizó un estudio de factibilidad en coordinación entre expertos mexicanos y japoneses, después, durante 1998 se elaboró un documento que fue gestionado y aprobado por iniciar la segunda etapa de cooperación técnica tipo proyecto de acuerdo a las regulaciones

(CENEMA) en el campo experimental del Valle de México del

INIFAP (INIFAP- CENEMA, 2013).

Asimismo, en marzo del 2001 se implementó el Comité Técnico Nacional de Normalización de Maquinaria, Accesorios y Equipo Agrícola (COTENNMAEA) con la tarea de coordinar el sistema de normalización de tractores agrícolas en México. En este Comité participan diferentes actores interesados en los tractores agrícolas en México: investigadores, académicos, funcionarios del sector gobierno (Ayala et al., 2010), fabricantes, comercializadores, distribuidores y usuarios finales o produc- tores. Los integrantes de este Comité han venido trabajando a lo largo de los años, revisando y actualizando las normas mexicanas para que haya mejores resultados en las evaluaciones de tractores en México, todo con el fin de que los diferentes actores se vean beneficiados.

 

Centro Nacional de Estandarización de Maquinaria Agrícola

 El 1° de marzo de 1999 fue creado el Centro Nacional de Es- tandarización de Maquinaria Agrícola (CENEMA) en el campo experimental del Valle de México del INIFAP con el objetivo de promover y extender el uso de maquinaria agrícola apropiada, de calidad y segura para el pequeño y mediano agricultor (Ayala et al., 2011). La cooperación japonesa incluyó el equipamiento, la capacitación de personal mexicano en México y Japón y la asesoría de expertos de corto y largo plazo, todo esto para la elaboración y generación de anteproyectos de norma. La puesta en marcha del CENEMA, como proyecto, tuvo una duración de cinco años. Después de este tiempo y con la finalización de la relación con el gobierno del Japón, a través de JICA, se generaron 11 anteproyectos de norma (actualmente son normas mexicanas vigentes), 7 relacionadas con implementos agrícolas y 4 con tractores (Cuadro 1).

Cuadro 1

Con la finalidad de darle continuidad al proyecto y ade- más de que sus resultados tuvieran un mayor impacto en la estandarización de la maquinaria agrícola, en el 2003 se firma un convenio con la SAGARPA, con el objetivo de equipar el laboratorio de pruebas de tractores (Ayala et al., 2010).

A partir del 2005 se cuenta con un laboratorio de pruebas para la determinación de la potencia a la toma de fuerza, poten- cia y fuerza de levante hidráulico y la resistencia de las cabinas y marcos de seguridad y en 2009 con el equipo especializado en la determinación de la potencia a la barra de tiro.

El laboratorio de pruebas del CENEMA cuenta con la infraestructura para la aplicación de las cuatro normas mexi- canas vigentes para las pruebas de tractores agrícolas. Estas normas están basadas en las metodologías establecidas en los códigos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (por sus siglas en ingles OECD) relacionadas con estos equipos (Ayala et al., 2010).

La operación del laboratorio se inició con las pruebas de funcionamiento para la determinación de la potencia a la toma de fuerza y la potencia y fuerza de levante hidráulico, esto para tractores de hasta 90 hp, sin embargo a partir de 2007, se cuenta con la infraestructura para la determinación de la resistencia de las cabinas y marcos de seguridad además de las pruebas de funcionamiento para tractores de hasta 250 hp. En el 2009, se recibió el equipo para la determinación de la potencia y fuerza de tracción por lo que se está iniciando las pruebas para la aplicación de la norma respectiva (Ayala et al., 2011).