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La respuesta del cultivo

La respuesta del cultivo a las variables climáticas y su interacción

 La producción de un cultivo es el resultado de un proceso complejo, integrado por diferentes subprocesos cuyos cambios se manifiestan a distinta escala temporal. A corto plazo, la producción depende fundamentalmente de la disponibilidad de asimilados para la formación de materia seca, es decir del balance neto de carbono (diferencia entre la ganancia por fotosíntesis y la pérdida por respiración) y, a largo plazo, de la acumulación de materia seca y de su distribución hacia los frutos (Challa et al., 1995).

 El ambiente donde se desarrollan las plantas condiciona el resultado productivo al influir a corto plazo sobre la producción de asimilados, y a largo plazo, fundamentalmente, sobre el crecimiento del área foliar y su estructura espacial, factores que intervienen decisivamente en la absorción de radiación por el cultivo. Los parámetros climáticos también inciden sobre el balance fuente/sumidero de la planta, relación que determina el patrón de distribución de asimilados, y ejercen una gran influencia sobre la calidad de los frutos que, junto al peso fresco, da lugar al rendimiento de los cultivos. Por tanto, es conveniente conocer en primer lugar la respuesta de los cultivos a las variaciones de las variables climáticas para optimizar la eficiencia de los procesos que intervienen en el crecimiento y desarrollo del fruto.