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Introducción

La horticultura intensiva del mediterráneo presenta un alto potencial productivo originado fundamentalmente por los niveles de radiación que se alcanzan en la zona. El potencial puede ser aprovechado en la medida que se adecuan otros determinantes. Por tanto, la radiación absorbida por el cultivo debe ser convertida de forma eficiente en los asimilados que forman parte del tejido vegetal y particularmente de los órganos de interés comercial. La incorporación de tecnología en el invernadero permite mejorar esta eficiencia al modificar y controlar el valor de los parámetros climáticos que inciden sobre el cultivo (radiación, temperatura, déficit de presión de vapor, concentración de CO , velocidad de viento), el aporte hídrico y mineral, la duración del periodo productivo, el control de plagas y enfermedades, etc.

La horticultura del mediterráneo actualmente se desarrolla en invernaderos poco tecnificados, carentes de control activo y de bajo consumo energético. En consecuencia, los resultados productivos están sujetos a la evolución del clima local por lo que se alejan considerablemente de su potencial, obteniéndose producciones relativamente bajas que se acumulan en determinados periodos, pérdidas de calidad de los frutos y ciclos de cultivo cortos debido al deterioro precoz de las plantas por la ausencia de control de las variables climáticas, la incidencia de plagas y enfermedades o la utilización de aguas de calidad deficiente. El reto de la horticultura en esta latitud está en elegir la tecnología adecuada para incrementar la producción y obtener productos de calidad y seguros, adoptando un sistema de cultivo sostenible, basado en el aprovechamiento óptimo de la energía solar disponible en la zona que, a la vez, permita reducir en la medida de lo posible: el uso de los recursos naturales y de las energías no alternativas, la generación de residuos y, en definitiva, el impacto sobre el medioambiente.

 Por otra parte, la incorporación en el invernadero de innovaciones técnicas (nuevos materiales, dispositivos de control), las mejoras en el manejo de cultivo y la utilización de variedades más productivas que presentan mayores tasas fotosintéticas con índices de cosecha más altos o aquellas mejor adaptadas o de mayor eficiencia en el uso de la radiación permiten superar paso a paso la producción potencial. Aunque conviene consi- derar que la implementación en el invernadero de nuevas innovaciones técnicas modifica la respuesta de la planta que, a su vez, interacciona con el clima del invernadero y, por tanto, se requieren generalmente cambios en los valores de las consignas de control. Los modelos biofísicos pueden ser herramientas útiles para predecir estas variaciones