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224 M" L. HERNANDEZ NAVARRO
Puede resultar bastante útil disponer de medidas de evapotranspiración
tomadas con lisímetro. En cualquier caso existen varias fórmulas de cálculo,
adaptadas a condiciones climáticas diversas (métodos de Penman y Blaney-Criddle,
preferentemente) muy extendidas en su uso, fiable, pero que resultaría necesario
comprobar en las diversas áreas espaciales de referencia. De ahí la necesidad de
ampliar la red de lisímetros. Hay que tener en cuenta también que el estudio del
balance hídrico a escala topoclimática necesita la determinación de zonas
agroclimáticas homogéneas en el interior en el que las variaciones climáticas y
edáficas sean mínimas.
El balance hídrico, desde el punto de vista de la planificación, se puede llevar
a cabo mediante métodos empíricos lineales o exponenciales. Los primeros están más
extendidos, pues son de aplicación más sencilla. No obstante, los segundos parten de un
supuesto más adaptado a la realidad6 y por lo tanto suelen proporcionar resultados
más satisfactorios.
Todo ello ha de conducir a la aplicación de riegos racionales y eficaces, que
aseguren una alimentación en agua suficiente para permitir la evapotranspiración.
Por tanto, el conocimiento de estas relaciones es uno de los factores en los que se basa la
ordenación de los planes de regadío, según los modelos teóricos existentes.
CONCLUSIONES
La agroclimatología es una ciencia que permite comprender la influencia que
tienen los factores climáticos en la producción. Una vez conseguido este objetivo su
aplicación garantiza la utilización racional de este conocimiento en la toma de
decisiones de cara a la optimización de la planificación agrícola.
Para ello, en primer lugar sobresale la necesidad de ampliar la red de
observatorios agroclimáticos y dar forma a un banco de datos que ha de ser accesible a
cualquier profesional relacionado con este campo (agricultores, planificadores,
investigadores, etc.).
Es imprescindible realizar proyectos conjuntos de investigación en climatología
y en agricultura, encaminados a afrontar las exigencias concretas que no pueden ser
6~ste modelo parte del supuesto de que la absorción de agua del suelo sigue una curva de tipo
exponencial debido al aumento de la energía de retención durante el proceso de secado y
debido a que las plantas absorben con mayor facilidad el agua de un suelo en fase de
humectación que en fase de secado.