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Relación sujeto objeto del conocimiento

El sujeto

En primer lugar, ¿qué se debe entender por sujeto? Esta palabra viene del latín subjectus que quiere decir "colocado abajo", "sujetado a", "sometido a". ¿A qué está sometido el sujeto? Quiroga afirma que a la necesidad. Regresemos al ejemplo: ¿cuál es la necesidad o razón de Alfredo? Ensayemos algunas respuestas probables: si él está en su primer día de clases de preparatoria, seguramente es porque desea terminarla para continuar sus estudios y ejercer una profesión; o quizás simplemente esté obedeciendo a sus padres quienes lo inscribieron con la esperanza de que termine con buenas calificaciones; o porque después de la secundaria sigue la preparatoria y sería incómodo res­ponder a la gente que no se estudió nada después de cursar la secundaria, etc. Lo cierto es que en cualquier caso Alfredo está obligado a aprobar todas las materias de la preparatoria, si quiere tener contentos a sus padres o continuar una carrera. Entonces la necesidad de Alfredo es aprobar las materias y obte­ner su certificado.

Es probable que a Alfredo "no le gusten las matemáticas" pero tendrá que aprenderlas si quiere aprobar la materia. Así, el encuentro entre sujeto y objeto no es casual, sino que tiene como propósito satisfacer necesidades del sujeto. Esas necesidades pueden ser de distinta índole, pero de cualquier modo ellas motivan las acciones del sujeto sobre el objeto. Debido a que las matemáticas son el coco de Alfredo, él ha pensado en entablar amistad con un compañero que parece ser bueno en esa materia. Es muy probable que la amistad entre ellos se enriquezca con otros elementos, en la medida que Alfredo también sa­tisfaga en algo a ese compañero, o bien puede suceder que no prospere la re­lación de amistad debido a que no existe correspondencia de intereses.

Pero también, el estar sujetado a la necesidad hace ser la parte más activa en el proceso del conocimiento. Debido a que el sujeto tiene necesidades es que la relación que establece con la realidad (objeto) tiene una dirección: satisfacer la necesidad. Si el compañero se nota apto en matemáticas Alfredo tomará la iniciativa de entablar lazos de amistad.

 El objeto

 La palabra latina objectus ("cosa vista", "lo que está delante") designa todo aquello a que el sujeto puede estar dirigido, sea: cosa, idea, persona, situa­ción, acción, etc.; es el sector de la realidad material y/o espiritual sobre el que recae la atención y acción del sujeto. Como hemos visto, en el primer día de clases el objeto será: la escuela con sus pasillos, el salón, la hora del día, los alumnos, los maestros, la decoración y mobiliario del salón, en fin, todo aquello a lo que Alfredo está expuesto ese primer día de clases.

Mas el objeto no sólo se expone sino que también se opone a ser conoci­do. De manera que el sujeto en la apropiación del objeto tendrá que franquear dificultades. Recordemos que Alfredo se siente un poco tenso, ya que no co­noce ni la escuela ni a sus compañeros de salón ni a sus maestros; pero, ¿cuán­to tiempo le llevará conocerlos?, ¿quién sabe? Por lo pronto él es un extraño, o por lo menos así se siente. Es muy probable que ese día Alfredo se haya ido a su casa con una primera idea de lo que será su estancia en la escuela. Por lo menos ya sabe a qué salón irá mañana, y no tendrá que buscarlo como ahora. Ya tiene la imagen del salón en su recuerdo e incluso ya puede reconocer a los maestros que tuvo ese primer día aunque tal vez haya olvidado sus nombres.

¡Quizás no sea el objeto el que se resiste a ser conocido sino que la resis­tencia está en el propio sujeto!

 En síntesis, el sujeto es el que conoce y el objeto es lo que se conoce; pero ¿por qué interesa tanto estudiar el proceso del conocimiento? ¿Cuál es su importancia? La importancia es grande, ya que los seres humanos nos cons­truimos a nosotros mismos en ese proceso. Somos el resultado de todas las experiencias que hemos tenido con los objetos de nuestra vida. Si revisamos nuestra manera de vincularnos con lo otro (aquello que no somos nosotros mismos) comprenderíamos mejor quiénes somos ahora. En eso reside la im­portancia.