Hubo una época en la que había espacios vacíos en los mapas. Eran extensiones geográficas por conocer y conquistar: el espacio ignoto. El camino para alcanzarlo estaba lleno de riesgos y aventuras. El éxito no estaba asegurado, pero la recompensa era el descubrimiento.
Hoy el mundo se nos representa sin espacios vacíos y el mapamundi es abarcable casi por completo. De hecho, la tecnología abre ventanas al planeta para que lo observemos sin necesidad de salir de casa. Aun así, la aventura nos sigue seduciendo como lo ha hecho a lo largo de toda la historia de la humanidad. Necesitamos conocer el mundo en directo, continuamos teniendo las mismas inquietudes de los que fueron pioneros en el viaje. Es por ello que sus vidas nos siguen inspirando y seguimos recordándoles como unos héroes.