Los tractores se clasifican según su sistema de tracción, lo que afecta su desempeño en diferentes tipos de terrenos y tareas:

• Convencionales:
  Tienen tracción únicamente en el eje trasero. Son ideales para tareas generales y utilizan motores de hasta 110 CV (75 kW). Su diseño es eficiente para trabajos que no requieren alta tracción.

• Con tracción asistida:
  Permiten accionar la tracción del eje delantero para asistir al trasero mediante una palanca. Los neumáticos delanteros son más pequeños que los traseros. Estos tractores trabajan eficientemente con motores de 100 a 200 CV (75 a 150 kW).

• Doble tracción:
  Tienen tracción en ambos ejes con ruedas del mismo diámetro. Son muy eficientes con motores de más de 200 CV (150 kW).

  • Articulados: Doblaje por articulación del chasis.
  • Rígidos: Doblaje mediante inclinación y giro de ruedas.

• Orugas:
  Se usan exclusivamente en labranza. Tienen motores de 40 a 120 CV (29 a 88 kW) y destacan en terrenos difíciles, como los fangosos.